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jueves, 25 de febrero de 2010

Medicina Occidental y Medicina China I: Hablábamos el mismo idioma

El artículo de hoy forma parte de una serie que iré publicando en los próximos días para explicar la relación de la Medicina Occidental con la Medicina Tradicional China (MTC).

Con esta primera entrega aspiro dar a conocer las bases de la MTC y acercarla al mundo de los médicos que hemos sido formados en Occidente.

Al exponer las similitudes que presentaban la Medicina Tradicional China y la Medicina Occidental en la Antigüedad pretendo dar a entender que en algún momento de la historia ambas medicinas hablaban de lo mismo: diagnosticaban y trataban al paciente de la misma forma.

Lo que siempre he admirado de la MTC es su visión holística del ser humano, o sea, como un ser bio-psico-social y ambiental, si puede decirse así. Todo le afecta y todo es él.

La MTC tiene sus cimientos en la observación de la naturaleza y sus cambios. Entiende al hombre como un microcosmos que forma parte de un macrocosmos y con el cual está en permanente intercambio.

La visión de la medicina occidental cambió con el paso del tiempo y abandonó esta visión holística por una fragmentada.

Una crítica profunda a nuestra medicina de hoy es la de querer desglosar al hombre y separarlo en pedazos inconexos entre sí. El conocimiento recóndito del ser humano es de magna importancia pero no debe quitarnos la capacidad de tratar a un individuo como lo que es: un todo.

Debido a su efectividad hoy en día, tanto en China como en muchas otras partes del mundo, se está utilizando la MTC para tratar, rehabilitar y curar a muchos pacientes.

sábado, 20 de febrero de 2010

El alivio o curación del paciente

Creo en la Acupuntura porque he visto y he experimentado sus beneficios, sin embargo, soy consciente de 2 cosas:

1) Si alguna vez no he llegado al resultado esperado ha sido por falta de conocimiento o mala interpretación de un cuadro.

2) A veces, la Acupuntura necesita el apoyo de otras variantes de la Medicina Tradicional China (MTC) , como la Fitoterapia, el Tuina, la Moxibustión, etc. y puede (y debería) combinarse con la medicina alopática.

Lo que nos ofrece la MTC es una visión holística de cada paciente. Conocer esta medicina nos servirá para entender por qué algunos tratamientos no funcionan en determinadas personas y qué hacer al respecto.

A modo de ejemplo, hace unos meses traté a una paciente de 25 años por un dolor lumbar que había comenzado de forma repentina luego de un sobre esfuerzo físico. Le recomendé reposo, antiinflamatorios y calor local para aliviar la contractura paravertebral que tenía. Negaba sintomatología urinaria.

A los pocos días volvió a mi consulta y me dijo que el dolor había aliviado parcialmente pero que no toleraba el calor local pues este empeoraba su sintomatología. Eso me puso sobre la pista de que había “calor” en la zona. Muchos de los lumbagos tienen una tendencia al frío y a la insuficiencia y por esta razón mejoran con el calor. Sin embargo no era el caso de esta paciente.

A pesar de que negaba síntomas urinarios, decidí palparle los puntos renales y el ureteral anterior. Dieron positivo. Le indiqué realizarse una ecografía renal y resultó tener una litiasis (cuadro de humedad- calor). Esto explica la intolerancia al calor de la paciente.

Esta perspectiva dada por la alianza de los conocimientos de ambas medicinas es de gran utilidad en la práctica diaria dado que los síntomas se yuxtaponen unos sobre otros y no siempre es evidente el origen de una patología.

¿Medicina complementaria o alternativa?

Me gustaría aclarar que se deben distinguir lo que denominamos medicina complementaria de medicina alternativa. Aunque la aclaración carezca de importancia para algunos voy a hacerla pues comúnmente escucho que se las nombra indistintamente sin saber realmente a qué nos referimos.

No existe un catálogo de medicinas que indique cuales pertenecen a una o a la otra sino, como bien denominadas están, habrá un momento en se utilicen de forma complementaria porque son compatibles con el tratamiento instituido de forma convencional o serán usadas de forma alternativa, si no ha funcionado la medicina convencional o resulta intolerable para el paciente.

¿Qué pasa cuando la medicina convencional no funciona? ¿Los médicos recurrimos a medicinas alternativas o complementarias?

Tratando de establecer esa posibilidad he preguntado a colegas y debo decir que la mayoría se mostraron abiertos a la posibilidad, pero sólo algunos las han recomendado a sus pacientes. ¿Por qué? Las respuestas han sido las siguientes, en orden de frecuencia:

1) Desconocimiento: ¿Qué medicina alternativa o complementaria le conviene al paciente?
2) Desconfianza: ¿A quién debo derivarlo? Se sabe que hay muchas personas que se dedican a estas terapias pero sin suficiente preparación.

Creo que por una parte hay mucho desconocimiento y por otra, poco interés en investigar las bases reales de la efectividad de otros tratamientos. Quiero aclarar que esto último no es fácil y se da básicamente por dos razones:

1) Casi no hay publicación de estudios que comprueben la efectividad de otras medicinas que no sean la convencional.
2) Muchas veces, de los pocos que se publican, los resultados son contradictorios porque no se tiene en cuenta que cada persona es única y muchas veces el tratamiento requiere una afinación para ser realmente efectivo. Por ejemplo, en Acupuntura, existen “recetas” de puntos para una patología determinada y que puede utilizarse en diferentes pacientes con una buena efectividad que aumenta si tenemos en cuenta las particularidades del paciente. El tratamiento es dinámico.

Uno de los objetivos de los estudios farmacológicos es conocer la seguridad en el empleo de los medicamentos pero también es un intento de uniformizar los resultados terapéuticos. Una vez más nos encontramos con que hay pacientes que responderán bien, sin grandes efectos secundarios y otros que padecerán los más graves.

Hay muchos medicamentos que son efectivos en un tipo de patología y en un determinado paciente pero en otro, simplemente, no. ¿Por qué? ¿Eso hace que una medicina no sirva? ¿O será que debemos adaptar el fármaco al paciente y no al revés? Lo que hacen las medicinas holísticas, como la Medicina Tradicional China (MTC)  y la Homeopatía, entre otras; es adaptar el tratamiento a cada paciente.

En estos días he tenido oportunidad de asistir a un curso enfocado al tratamiento de los efectos secundarios de quimioterapia y radioterapia con MTC.

Se ha visto someramente cómo interpretar el cáncer desde la MTC pero sobre todo se ha hecho hincapié en entender lo que producen los efectos nocivos de los tratamientos de la medicina convencional y cómo poder aliviarlos.

Las opciones planteadas me han parecido muy interesantes y válidas. Lástima que sea tan difícil introducirlas en España. Aún así, poco a poco, la sociedad en general está abriéndose a esta medicina que se encuentra al mismo nivel que la convencional, dado que es tan válida la una como la otra.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¡Cuán importante es el nombre!


Recuerdo que cuando empecé con las clases de Psicología en la Facultad de Medicina, los psicólogos insistían: “Llamen a los pacientes por sus nombres, son personas”.
En los días que corren y debido a múltiples factores (demasiado estrés, poco tiempo, muchos pacientes) nos olvidamos que estamos viendo personas. Personas con nombre y apellido, personas con una historia detrás y unas ansiedades presentes. Personas que acuden para ver una cara familiar y amable, alguien que les comprenda y les ayude.
No quiero justificar la deshumanización existente en nuestro sistema de salud pero, a veces, también es difícil para nosotros, los que estamos sentados del otro lado del escritorio. Queremos ayudar pero no tenemos herramientas, queremos atender pero no nos dan el tiempo necesario, queremos ser soporte pero nadie nos sostiene. Es un mal de todos sufridos por todos sea médico o paciente.
¡Qué importante es recordar el nombre para no olvidar que no estamos frente a un número o una máquina!
Hoy en la consulta alguien se acordó del mío y no puedo explicarles la dicha que me produjo que alguien recordase mi nombre. Es como si eso marcara la existencia, como si se reconociera al ser humano que se tiene enfrente. Es muy agradable por lo que, si la memoria me lo permite, llamaré siempre a mis pacientes por su nombre.

martes, 9 de febrero de 2010

¿Qué es el Arte de la Medicina?

Podemos definir el arte como “cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación, o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una actividad”. Es una mezcla de talento, experiencia y sensibilidad.

La Medicina no es una ciencia exacta. La Medicina no es como la Aritmética: 2+2 no es = 4

La suma de los elementos bio-psico-sociales no da siempre el mismo resultado. Cada ser humano es único por lo que hay que entenderlo en su complejidad.

Personas con una misma enfermedad reaccionan de maneras diferentes, no solamente física sino también mentalmente. L@s médic@s también respondemos de manera distinta a cada paciente.

La relación médic@- paciente debe basarse en la confianza y respeto mutuos. En esa interacción es que podemos encontrar la definición del Arte de la Medicina.

Lo reconocemos como Arte cuando el paciente acepta y colabora en el tratamiento; y el médic@ se adapta a las necesidades latentes y patentes del paciente.

El Arte de la Medicina es una construcción que se basa en dos pilares que deben tener la misma altura y la misma fuerza: paciente y médic@.