Me gustaría aclarar que se deben distinguir lo que denominamos medicina complementaria de medicina alternativa. Aunque la aclaración carezca de importancia para algunos voy a hacerla pues comúnmente escucho que se las nombra indistintamente sin saber realmente a qué nos referimos.
No existe un catálogo de medicinas que indique cuales pertenecen a una o a la otra sino, como bien denominadas están, habrá un momento en se utilicen de forma complementaria porque son compatibles con el tratamiento instituido de forma convencional o serán usadas de forma alternativa, si no ha funcionado la medicina convencional o resulta intolerable para el paciente.
¿Qué pasa cuando la medicina convencional no funciona? ¿Los médicos recurrimos a medicinas alternativas o complementarias?
Tratando de establecer esa posibilidad he preguntado a colegas y debo decir que la mayoría se mostraron abiertos a la posibilidad, pero sólo algunos las han recomendado a sus pacientes. ¿Por qué? Las respuestas han sido las siguientes, en orden de frecuencia:
1) Desconocimiento: ¿Qué medicina alternativa o complementaria le conviene al paciente?
2) Desconfianza: ¿A quién debo derivarlo? Se sabe que hay muchas personas que se dedican a estas terapias pero sin suficiente preparación.
Creo que por una parte hay mucho desconocimiento y por otra, poco interés en investigar las bases reales de la efectividad de otros tratamientos. Quiero aclarar que esto último no es fácil y se da básicamente por dos razones:
1) Casi no hay publicación de estudios que comprueben la efectividad de otras medicinas que no sean la convencional.
2) Muchas veces, de los pocos que se publican, los resultados son contradictorios porque no se tiene en cuenta que cada persona es única y muchas veces el tratamiento requiere una afinación para ser realmente efectivo. Por ejemplo, en Acupuntura, existen “recetas” de puntos para una patología determinada y que puede utilizarse en diferentes pacientes con una buena efectividad que aumenta si tenemos en cuenta las particularidades del paciente. El tratamiento es dinámico.
Uno de los objetivos de los estudios farmacológicos es conocer la seguridad en el empleo de los medicamentos pero también es un intento de uniformizar los resultados terapéuticos. Una vez más nos encontramos con que hay pacientes que responderán bien, sin grandes efectos secundarios y otros que padecerán los más graves.
Hay muchos medicamentos que son efectivos en un tipo de patología y en un determinado paciente pero en otro, simplemente, no. ¿Por qué? ¿Eso hace que una medicina no sirva? ¿O será que debemos adaptar el fármaco al paciente y no al revés? Lo que hacen las medicinas holísticas, como la Medicina Tradicional China (MTC) y la Homeopatía, entre otras; es adaptar el tratamiento a cada paciente.
En estos días he tenido oportunidad de asistir a un curso enfocado al tratamiento de los efectos secundarios de quimioterapia y radioterapia con MTC.
Se ha visto someramente cómo interpretar el cáncer desde la MTC pero sobre todo se ha hecho hincapié en entender lo que producen los efectos nocivos de los tratamientos de la medicina convencional y cómo poder aliviarlos.
Las opciones planteadas me han parecido muy interesantes y válidas. Lástima que sea tan difícil introducirlas en España. Aún así, poco a poco, la sociedad en general está abriéndose a esta medicina que se encuentra al mismo nivel que la convencional, dado que es tan válida la una como la otra.
sábado, 20 de febrero de 2010
¿Medicina complementaria o alternativa?
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