El artículo de hoy forma parte de una serie que iré publicando en los próximos días para explicar la relación de la Medicina Occidental con la Medicina Tradicional China (MTC).
Con esta primera entrega aspiro dar a conocer las bases de la MTC y acercarla al mundo de los médicos que hemos sido formados en Occidente.
Al exponer las similitudes que presentaban la Medicina Tradicional China y la Medicina Occidental en la Antigüedad pretendo dar a entender que en algún momento de la historia ambas medicinas hablaban de lo mismo: diagnosticaban y trataban al paciente de la misma forma.
Lo que siempre he admirado de la MTC es su visión holística del ser humano, o sea, como un ser bio-psico-social y ambiental, si puede decirse así. Todo le afecta y todo es él.
La MTC tiene sus cimientos en la observación de la naturaleza y sus cambios. Entiende al hombre como un microcosmos que forma parte de un macrocosmos y con el cual está en permanente intercambio.
La visión de la medicina occidental cambió con el paso del tiempo y abandonó esta visión holística por una fragmentada.
Una crítica profunda a nuestra medicina de hoy es la de querer desglosar al hombre y separarlo en pedazos inconexos entre sí. El conocimiento recóndito del ser humano es de magna importancia pero no debe quitarnos la capacidad de tratar a un individuo como lo que es: un todo.
Debido a su efectividad hoy en día, tanto en China como en muchas otras partes del mundo, se está utilizando la MTC para tratar, rehabilitar y curar a muchos pacientes.
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